¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que proclama la paz, que trae la buena noticia, que pregona la justicia, que dice a Sion: «Tu Dios reina»!
Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro, porque ven cara a cara al Señor, que vuelve a Sion. Romped a cantar a coro, ruinas de Jerusalén, que el Señor ha consolado a su pueblo, ha rescatado a Jerusalén.
Ha descubierto el Señor su santo brazo a los ojos de todas las naciones, y verán los confines de la tierra la salvación de nuestro Dios.
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